El estudio detalla que el entorno escolar colombiano afronta riesgos derivados de intimidación, violencia, reclutamiento de menores, presión territorial y mafias que gestan condiciones de inseguridad que van más allá del aula. La situación afecta tanto a colegios urbanos como rurales, y limita el desarrollo académico y las oportunidades de jóvenes y adolescentes.
Ante este panorama, expertos y autoridades del sector hacen un llamado urgente a fortalecer los protocolos de protección estudiantil, consolidar rutas escolares seguras, capacitar a docentes en detección de riesgos y ampliar los mecanismos de denuncia desde las comunidades. Asimismo, se plantean alianzas interinstitucionales entre educación, justicia, defensa y protección social para alcanzar resultados efectivos.
El desafío que sigue será garantizar que cada estudiante acceda a un entorno educativo donde pueda aprender sin temor, ser acompañado y llegar a la jornada escolar con garantías de bienestar. Una educación de calidad requiere también seguridad, y ese es el compromiso que el país debe asumir.
Redaccion: ExitosaStereo
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