El elevado gasto de funcionamiento y la falta de señales de austeridad por parte del Gobierno Nacional han encendido las alarmas, mientras la Ley de Financiamiento (reforma tributaria por $26,3 billones) se convierte en el punto más álgido de discordia.
Críticas desde la oposición
El representante del Centro Democrático, Christian Garcés, advirtió que el país afronta un momento crítico en materia fiscal:
“Necesitamos que ante la gravedad de la crisis de las finanzas públicas, los debates no se sigan haciendo en salones de Hacienda, sino de manera pública, porque aquí estamos hablando de temas sensibles de los colombianos como la salud y la seguridad, que están en crisis y necesitan recursos”.
Para la oposición, el Ejecutivo busca dilatar el debate apoyándose en su coalición, con el fin de que, nuevamente, el Presupuesto termine siendo expedido por decreto presidencial, una figura que genera rechazo porque “no refleja la realidad financiera del país”.
División dentro del Gobierno
La falta de coordinación también se evidenció al interior del gabinete. El ministro de Hacienda, Germán Ávila, aseguró ante las Comisiones Económicas Conjuntas que el monto global se reduciría en $10 billones a través de la Ley de Financiamiento. Sin embargo, minutos después, el ministro del Interior, Armando Benedetti, contradijo esa versión y ratificó la cifra en $557 billones.
Camino espinoso
El Congreso prevé semanas de tensas discusiones en las que solo se podrán modificar montos de un rubro a otro. La oposición advierte que el Gobierno, con un presupuesto inflado, tendría nuevamente la capacidad de congelar o liberar recursos según su conveniencia, privilegiando la burocracia.
Con un Legislativo dividido y un Ejecutivo presionando, el riesgo de expedición del Presupuesto por decreto se mantiene como un escenario posible, lo que profundizaría la incertidumbre fiscal del país.
Fuente: Noticiero del Llano.