El funcionario aseguró que desde 2019 la entidad venía generando indicadores negativos, maquillados para mostrar solvencia ante los órganos de control:
“Se apropiaban indebidamente en favor de terceros (…) mientras aparecía que tenían utilidades, en verdad acumulaban pérdidas gravísimas”, señaló.
Déficit millonario
De acuerdo con cifras reveladas por el Ministerio, la Nueva EPS reportó un pasivo de $11,7 billones frente a activos por apenas $6,7 billones, lo que representa un déficit contable cercano a $4,5 billones.
La intervención de la Supersalud en abril de 2024 no logró frenar el deterioro, pese a anticipos de recursos y pagos del régimen subsidiado.
Irregularidades en contratos y desvío de recursos
El ministro denunció irregularidades en contratos con uniones temporales y firmas vinculadas entre sí, además de operaciones sin formalidad jurídica.
Adicionalmente, cuatro exdirectivos enfrentan procesos judiciales por ocultamiento de facturas y desvío de $70.500 millones a través de IPS.
No habrá liquidación inmediata
Aunque reconoció la gravedad del escenario, Jaramillo descartó una liquidación inmediata de la Nueva EPS:
“Si tuviéramos que liquidar, nos tocaría liquidar todas las EPS (…) muchas están en crisis financiera”.
El ministro insistió en la necesidad de una reforma a la salud que redefina el rol del aseguramiento financiero, el control del gasto y la responsabilidad penal frente a casos de corrupción.