Los estallidos pueden alcanzar niveles cercanos a los 200 decibeles, una intensidad sonora muy superior a lo que los animales son capaces de soportar, pues su umbral de tolerancia oscila entre los 70 y 100 decibeles. Esta exposición extrema provoca ansiedad, desorientación, accidentes e incluso la muerte en casos sensibles.
La campaña busca promover alternativas seguras y libres de explosivos, recordando que el ruido de la pólvora afecta su bienestar y altera la tranquilidad de los entornos urbanos y rurales.
El mensaje es claro: cuidar la vida también es celebrar.
Redaccion: Lumacastereo
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