El documento fue firmado por un número reducido de congresistas, una señal de que el Gobierno deberá redoblar esfuerzos para obtener las mayorías necesarias en las comisiones económicas. Paralelamente, sectores que se oponen a la reforma impulsan propuestas de archivo, movimientos que podrían frenar su discusión desde las etapas iniciales.
A esto se suma el riesgo de que los tiempos legislativos resulten insuficientes para la aprobación del proyecto dentro de las sesiones ordinarias, lo que obligaría a convocar sesiones extraordinarias si se quiere mantener el cronograma fiscal previsto.
La falta de acuerdos sólidos y el ambiente político polarizado convierten a esta reforma tributaria en uno de los debates más difíciles de la agenda económica del país.
Redaccion: ExitosaStereo
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