Aunque el Gobierno y la ANI lograron concertar el alivio de los cierres en Guayabetal, permitiendo el paso vehicular desde el kilómetro 59 en sentido Bogotá hacia Villavicencio, la protesta persiste en otros tramos. En Chipaque y Naranjal se mantienen bloqueos totales, pues los manifestantes consideran que sus exigencias no han sido atendidas de forma integral.
Según los líderes de la movilización en Chipaque, aunque algunas peticiones locales fueron consideradas en los acuerdos de Guayabetal, el “pliego de demandas” que ellos presentan es mucho más extenso. Por ello, sostienen que no levantarán su protesta hasta que se aborden todos los puntos que exigen.
La situación vial es de máxima alerta. Las autoridades, ante la imposibilidad de normalizar completamente el tránsito, han gestionado medidas preventivas: habilitación parcial de tramos alternos, cierres preventivos en puntos clave como el kilómetro 11, y ajustes temporales en rutas complementarias.
En paralelo, se reavivó el debate sobre la legitimidad de las protestas en distintos tramos de la vía: mientras algunos sectores alaban la apertura al diálogo alcanzada en Guayabetal, otros advierten que las acciones en Chipaque reflejan una resistencia a acuerdos parciales que no satisfacen demandas profundas de las comunidades afectadas.
El desenlace dependerá de las negociaciones venideras: si se logran incorporar las peticiones de Chipaque al acuerdo mayor, podría levantarse el bloqueo; de lo contrario, el corredor vial seguirá paralizado y con repercusiones en la movilidad, la economía regional y el abastecimiento entre la Orinoquía y el centro del país.
Fuente: ExitosaStereo