De acuerdo con especialistas en derecho penal, Bolsonaro deberá cumplir al menos un 25% de la pena antes de aspirar a un régimen semiabierto, lo que equivale a más de seis años en prisión. Aunque la sentencia aún no es definitiva, la defensa tiene cinco días para presentar recursos que podrían retrasar la ejecución de la condena.
El tribunal consideró a Bolsonaro como “líder de la organización criminal”, lo que agravó la pena, aunque su edad (73 años) le permitió recibir una reducción parcial de un sexto.
Existen alternativas legales que su defensa podría explorar, como el arresto domiciliario por razones humanitarias, siguiendo el antecedente de Fernando Collor de Mello, expresidente que cumplió parte de su pena en su casa.
La condena también deja a Bolsonaro en un limbo político. Según la legislación vigente, estaría inhabilitado para ocupar cargos públicos hasta 2060. Sin embargo, una reforma en curso podría reducir ese plazo y habilitarlo nuevamente en 2033.
En paralelo, los militares implicados en el proceso podrían perder sus rangos y beneficios, dependiendo de lo que decida el Tribunal Superior Militar.
El desenlace final dependerá de los recursos ante el STF y de la interpretación jurídica sobre su encarcelamiento e inelegibilidad.
Fuente: LA FM