El Ministerio de Salud ha señalado que el proyecto requiere claridad no solo en su articulado, sino también en su viabilidad presupuestal. Uno de los principales cuestionamientos gira en torno a la financiación de los cambios estructurales propuestos, así como al impacto que podrían tener para los hospitales y los ciudadanos.
Por su parte, senadores defensores de la reforma han defendido la programación de mesas técnicas y audiencias públicas como pasos necesarios para incluir la participación de diversos sectores: profesionales sanitarios, académicos, pacientes y comunidades vulnerables. Dicen que lo esencial es asegurar transparencia y consenso, aunque reconocen que esto prolonga el proceso.
El gobierno nacional ha hecho llamados públicos para que la Comisión Séptima acelere los debates, advirtiendo que los tiempos legislativos son limitados y que, de no cumplirse etapas con prontitud, la propuesta corre el riesgo de perder impulso ante el cierre de la legislatura.
Fuente: ExitosaStereo.